Nos pasamos la vida pronunciando palabras escritas de otro puño y letra, viendo a través de otros ojos y aceptando esa visión ciegamente , entonando e identificándonos con emotivas melodías que hablan sobre los sentimientos de otra persona . Nos pasamos la vida viviendo vidas ajenas. Cuando llega el enfrentamiento cara a cara con el gélido e impertérrito rostro de la realidad y nos encontramos solos, ya de nada nos sirven esos pedazos de otras vidas que hemos tomado prestados.
Desde que empecé a estudiar la división celular en la escuela, siempre me han dicho que existen dos tipos de división celular: la mitosis y la meiosis. La mitosis es la más frecuente de las dos; contínuamente nuestras células se dividen por mitosis. De una célula, obtenemos 2 células hijas idénticas. La meiosis es un poco más compleja. En la escuela me explicaron que sucedía con los gametos y que, tras pasar por dos divisiones meióticas, una célula se convertía en 4 células hijas con la mitad de dotación cromosómica que la madre y distintas entre ellas. Nos decían que funcionaba igual tanto para óvulos como para espermatozoides. Al llegar a la universidad y estudiar la meiosis en clase, me he dado cuenta de varias cosas. La primera es que los "óvulos" no existen. Un óvulo es una célula reproductora femenina que ha acabado la meisosis. Sin embargo, las células reproductoras femeninas que, por ejemplo, produzco yo NUNCA acaban la meiosis. Si la célula no es fecundada, no...
Todo empieza el primer día en el que vas a la guardería. Es una de las primeras veces en las que te tienes que relacionar con los demás niños. Miras a tu alrededor y ves que hay un niño jugando a tu juego favorito. Te acercas y te pones a jugar. Ya está: un amigo hecho. Fácil, ¿no? Empiezas a hacerte mayor y la cosa no es tan fácil. Un par de palabras amables, un buen gesto y consigues un amigo. Y sois inseparables: vais a todos lados juntos, os reís, os quedáis a dormir en casa del otro. Sois los jinetes del apocalipsis. Luego llega la adolescencia y la cosa cambia. Mucho. Empiezas a ver que no encajas en todas partes, que hay cosas que antes te gustaban y que ya no te gustan. Hay gustos que duran un minuto. En medio de todo ese cambio, empiezas a ver que tus padres, quienes tenían toda la razón del mundo, también se equivocan. Cometen fallos que antes no habías visto. "Son humanos"piensas"es lógico". Aún así, el cambio es chocante. Empiezas a ver qu...
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