Ánimos

Todos tenemos días malos. Hay días en los que cualquiera querría tirar la toalla y desistir. Si hoy es uno de esos días para ti, lee esto.

Cuando te sientes mal y quieres que todo desaparezca (incluid@ tú), debes hacer este ejercicio. Imagínate en una sala vacía. No hay nada exceptuando un espejo. Lo miras y poco a poco te acercas a él. Temes tu imagen porque hay cosas de ti que odias, que aborreces con toda tu alma y desearías que no fueran así. Crees que si no tuvieras eso, otro gallo cantaría. Bien, pues vamos a cambiarlo. Cuando estés delante del espejo de manera que veas todo tu cuerpo, concéntrate en aquello que no te gusta. Lentamente, cámbialo. Esa peca que has heredado que te parece horrorosa, tus orejas, tus labios, tu pelo... Lo que sea. ¿Ya lo tienes? Perfecto. Ahora piensa en la gente que tienes a tu alrededor cada día. Piensa en todos y cada uno de ellos y la relación que os une. ¿Cuántos de ellos te quieren? Piensa en esas personas. Ellas te quieren por como eres. Eres exactamente como a ellos les gusta. Si cambiaras algo de ti, esa persona quizás no te querría del mismo modo que te quiere ahora. ¿Estás dispuest@ a cambiar a la mayoría (por no decir todas) esas personas que ahora te quieren? Piénsalo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

#MiSangreEsLaMismaQueLaVuestra

Looking for Alaska

Carta a un hermano (emotiva)