#Barcelona
Él sabía que todo el mundo esperaba verlo. Sabía que todos acudían a aquella clase de eventos con el extraño presentimiento de que aquella vez iban a verlo. Todos habían oído hablar de él en miles de ocasiones, les habían descrito su aspecto al detalle; conocían de memoria cada centímetro de su horroroso rostro. Sabían que tarde o temprano le iban a conocer, pero todos en cierta manera esperaban que aquello no tuviera que suceder.
Así que cuando irrumpiera en el escenario por sorpresa, nadie de aquella sala en particular tenía que darle más importancia que a las otras apariciones; ya sabían cómo iba a ser. Pero fue en el preciso momento en el que pisó el escenario y observó las caras descompuestas de los allí presentes, que se dio cuenta de una cosa: nunca nadie es tan consciente del horror, como cuando este se le presenta en su propia casa. E incluso entonces, hay quienes deciden reírse o aprovecharse de él.
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