Corro

Se oyen mis pisadas en el suelo y mi respiración agitada. Mi coleta se mueve al compás de mis pasos. Ando rápido mirando a ambos lados todo el rato. Giro a la derecha. El lugar está desértico. Sigo andando a buen ritmo. ¿Me encontrará?

La escuela de noche es un lugar aterrador. Todo está a oscuras y cada pequeño movimiento resuena en todo el edificio. Los rostros de las orlas parecen sombríos, como todo desde que he entrado esta tarde. Miles de caras colgadas en la pared me miran intimidantes. Son testigos de lo que voy a hacer. De lo peor que he hecho nunca.

Oigo un ruido en la lejanía. ¿Será él? Quizás. Debo apresurarme. Acelero el paso y presto especial atención al estanque de las tortugas. Él podría atajar por allí para alcanzarme más rápido. Tengo que impedirlo. Llego a la entrada principal y subo corriendo las escaleras hasta el segundo piso. Una vez estoy allí me aseguro de que no hay nadie y echo a andar hasta mi clase.

Tengo tantas ganas de encontrarme con él. Pero no hay que adelantar los acontecimientos. Debemos encontrarnos en la clase. Voy a verlo, a solas. Solo de pensarlo ya siento mariposas en el estómago. Cuando estoy con él siento que me falta el aliento pero no de una manera agobiante sino de una encantadora y maravillosa. Siento que con él puedo ser yo misma y que no pasa nada, todo está bien. Pero a la vez sé que él no lo es todo, que hay muchas otras cosas a parte de él. Este último pensamiento no impide que haga cosas arriesgadas por él, como la que estoy a punto de hacer. 

Unas horas antes...

-Camille, ¿puedo hablar contigo un momento?-dice, da media vuelta y se va.

Voy hacia donde está él.

-Camille, necesito que me hagas un favor...


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