Muerte/Death

Este es un relato en el que explico la muerte desde el punto de vista de una adolescente con sus respectivas historias de amor. Pero, ante todo, es una historia sobre mi opinión de lo que hay después de la muerte.

"Sentí como si alguien me diera un golpe en los pulmones. El dolor del golpe no cesó. Era cómo un puñetazo permanente de esos que te quitan la respiración. Aunque me empezaban a fallar los sentidos, podía ver el fondo del mar. Podía ver la negra oscuridad que me iba arrastrando. El dolor en los pulmones no cesaba. Cada vez veía todo mi entorno más borroso. En ese momento le vi. Era un ser hermoso envuelto por una luz rojiza. Llevaba una camiseta y un pantalón informales de un naranja muy pastel que combinaban perfectamente con su corbata atada al cuello con un perfecto nudo Windsor. Me dirigí hacia él extrañada ya que el dolor que parecía que no iba a acabar nunca, había parado. 

-Hola-me dijo con su voz acunadora. 

-Hola. ¿Sabrías decirme dónde me encuentro?-pregunté observando a mi alrededor con un gesto casi teatral y demasiado fingido.

-Te encuentras en el lugar dónde están los muertos- me respondió dirigiéndome una mirada tranquilizadora. Sus ojos eran hipnotizadores  Tenía unos preciosos ojos de color... ¿amarillo? ¡Ni que fuera uno de los Cullen! Debía ser el color de los ángeles del cielo pero no estaba segura. La luz que le envolvía me despistaba. Y la vestimenta tan corriente no era que ayudase mucho. ¡Ya era el colmo cuando veías que su ropa era naranja! 

-¿He ido al cielo o al infierno? -pregunté con mi voz confusa y despistada. Allí pretendían volverme loca.

-Eso son cuentos humanos. Ya te han juzgado suficiente en tu vida humana. Aquí todos somos iguales y todos hacemos lo que más nos gusta para que se cumplan los deseos que hay en las tumbas (D.E.P.). Primero voy a dirigirte hacia la selección de imagen. 

-Perdona mi absoluta ignorancia pero, ¿qué es eso?

Sonrió. Me ofreció una sonrisa preciosa. Tan preciosa que las palabras no pueden expresar cuan bonita era. Inmediatamente le seguí. Le hubiera seguido aunque el destino hubiera sido un matadero.

-Puede parecerte un poco terrenal pero es como va esto. Eliges tu 'yo' que más te ha gustado de tu estancia en la Tierra, le añades los cambios que quieras y esa será tu imagen.

¿Por qué la muerte era tan deliciosa? Fui a la sala de selección de imagen y escogí mi mejor versión: la de cuando era una jovencita de 17 años. Le añadí algún cambio por aquí y por allí y sonreí. Nunca me había visto mejor. Mi alma entró dentro del que iba a convertirse en mi cuerpo a partir de aquel momento y fui feliz. Nunca había estado tan segura de mi misma. 

-Sólo debo avisarte de una cosa: este aspecto sólo lo podemos ver los muertos. Si te apareces delante de algún vivo, aparecerás con el aspecto con el que moriste. En tu caso aparecerás con 60 años y tu aspecto dará la sensación de que estás dentro del agua.

Todo aquello debía tener alguna pega. Pero no importaba. Me miré al espejo feliz y vi que mis ojos habían cambiado su aburrido color miel por un luminoso color amarillo como el del chico que me acompañaba del que no sabía ni el nombre.

-Gracias por avisarme. ¿Cómo te llamas?

-Edgar. Yo debo irme pero te voy a explicar un poco cómo funciona todo esto de estar muerto. Hay un mirador al mundo de los vivos para cada país. Sólo puedes bajar a la Tierra en caso de que debas hacer algo muy importante y eso lo deberá juzgar el jefe. Podrás encontrar a los demás muertos detrás de esa puerta de allí. Cada uno lleva su nombre escrito en la parte de arriba de su cabeza por si su cambio de imagen ha sido demasiado brusco y nadie lo encuentra. Eso es todo de momento. Adiós y suerte.-lo dijo en tono muy formal, como si lo hubiera dicho muchas otras veces antes.

-Muchas gracias, Edgar.-dije complacida con la explicación y di media vuelta para marcharme hacia la puerta a mi 'muerte'.

-Espera. 

Me giré cuando me cogió del brazo. Si mi corazón aún hubiera latido, habría ido a dos mil por hora en aquel momento.

-Dime tu nombre para que te lo ponga arriba y pueda encontrarte.

-Me llamo Amelia. -dije un poco frustrada.

Introdujo mi nombre en una máquina que me puso un cartel encima de la cabeza.

-Un placer conocerte, Amelia. Iré a buscarte para ir a pasear algún día y poder volver a ver a la sonrisa que iluminaría un estadio.

Sonreí. Sonrió y tras esa espléndida sonrisa, pude ver los muchos sentimientos escondidos que me transmitían sus ojos. 

Esta es la historia de como conocí al amor de mi vida o, mejor dicho, de mi 'muerte' "

This is a story in which death explained from the point of view of a teenager with their respective love stories. But above all, is a story about my opinion of what is after death.

"I felt like someone gave me a blow in the lungs. Beat pain did not stop. Was how permanent punch these breathtaking you. Though I began to fail the senses, could see the seabed. I could see the black darkness that was dragging me. The pain in the lungs did not stop. Whenever saw my fuzzy environment. At that time I saw him. was a beautiful being surrounded by a reddish light. wore a casual shirt and trousers of a very pastel orange that matched perfectly with his tie around his neck with a perfect Windsor knot. surprised I went to him because the pain would not seem to go on forever, had stopped.

'Hello,' he said with his voice minting.

-Hello. Can you tell me where I am? Asked to look around me with a gesture almost theatrical and too fake.

-You are in the place where the dead-I said giving me a reassuring look. His eyes were mesmerizing eyes had some beautiful color ... Yellow?? Not to be one of the Cullens! It must be the color of the angels of heaven but was not sure. The light that enveloped me clueless. And the dress was not so common that helped a lot. It was the last straw when you saw that his clothes were orange!

- Have I gone to heaven or hell? I asked, my voice confused and clueless. They wanted to go crazy.

-Those are human stories. You've been deemed sufficient in your human life. Here are all equal and we all do what we like to fulfill the desires that are in the graves (RIP). First I'll head towards the image selection.

-Forgive my complete ignorance but what is that?

He smiled. He offered me a beautiful smile. So beautiful that words can not express how nice it was. Immediately followed. He would have continued but fate had been a slaughterhouse.

-It may seem a little earthy but is how it goes. You choose your self that you liked your stay on Earth, you add the changes you want and that will be your image.

Why death was so delicious? I went to the room and picked image selection my best version: when I was a girl of 17 years. I added some change here and there and smiled. I had never looked better. My soul entered into which was to become my body from that time and was happy. I've never been so sure of myself.

-Only one thing I must warn you: this aspect we can only see the dead. If you show up in front of a live, will appear with the aspect that died. In your case you will appear and you look 60 years will feel like you are in the water.

Everything had to be a catch. But no matter. I looked in the mirror and saw happy that my eyes had changed their boring honey by a bright yellow like the guy who was with me that I knew neither the name.

-Thanks for telling me. What's your name?

-Edgar. I gotta go but I'll explain a bit how this all works being dead. There is a lookout to the world of the living for each country. Only you can come down to Earth in case you need to do something very important and that we should judge the boss. You can find the others killed behind that door there. Each bears his name written on the top of your head if your makeover has been too sudden and no one is. That's all for now. Goodbye and good luck.

'Thank you,' I Edgar. pleased with my arrival and I turned to leave the door to my 'death'.

Wait.

I turned when I took his arm.

-Tell me your name so that you can put it up and find you.

-My name is Amelia.

Introduced my name on a machine that I put a sign above his head.

-Nice to meet you, Amelia. I'll pick you to go for a walk one day and get back to see the smile that would light up a stadium.

I smiled. He smiled and after that magnificent smile, I could see the many hidden feelings that I passed on their eyes.

This is the story of how I met the love of my life, or rather, my 'death' "