¡Feliz Navidad! Esta entrada es sobre la Navidad, todo lo que conlleva y todo lo que nos aporta. Conlleva los típicos gastos de las cenas familiares: comprar mucha comida, bebida, servilletas y cubiertos (en el caso de que tu primito/primita tenga espíritu cleptómano y haya "cogido prestado" la cubertería de plata que les regalaron a tus padres por su boda). También, en algunos casos conlleva ver al tío o tía que se cree que te encanta verle y te llena de besos y abrazos hasta casi el momento de asfixiarte, que es cuando tu madre viene a socorrerte diciéndole: "deja a mi mujercita... A que ver, cómo pasa el tiempo... Parece que fue ayer cuando nació..." Y entonces llega el ataque de la madre nostálgica que debes soportar durante, al menos, dos días. Aquí llega la parte buena, la que nos gusta a todos: lo que te aporta a cambio de haber soportado a la tía pesada esa. Te aporta ver a la familia una vez más al año. Porque en ocasiones casi no los ves, los echas de